Fátima Báñez carga a las empresas la política social
– Reprende a la patronal por sus críticas a que se eliminen los pagos en especie.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, aceptó ayer pocos reproches a la decisión de su departamento de obligar a las empresas a cotizar a la Seguridad Social todas las retribuciones en especie, a pesar de las críticas de la CEOE o del sector de los tiques restaurante, cuya patronal exige una reunión con ella. El real decreto aprobado el pasado 20 de diciembre, sin ningún tipo de discusión previa con los agentes sociales, para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores, regula el contrato a tiempo parcial y elimina de la nómina conceptos que hasta ahora estaban exentos de tributar a la Seguridad Social, como el plus de transporte, vales de comida, guarderías, seguros médicos privados o planes de pensiones.
Esta medida, ya en vigor, fue intensamente defendida ayer por la ministra, durante su comparecencia en la comisión de Empleo del Congreso de los Diputados, con un alegato a favor de los trabajadores y una importante reprimenda a los empresarios. Fátima Báñez instó a las empresas a hacer política social «con cargo a sus beneficios«. «¿Las aportaciones a los planes de pensiones en las empresas son buenas porque es política social o porque no cotizan a la Seguridad Social? ¿Los cheques-guardería de las empresas son buenos porque facilitan la conciliación de la vida laboral o porque no cotizan a la Seguridad Social?», preguntó instantes antes de reclamar a la patronal «responsabilidad».
La ministra defendió que con la decisión del Gobierno quien gana son los trabajadores porque al ampliar la base de cotización verán aumentar la prestación por desempleo, en caso de quedar en el paro, y su pensión.
Báñez trazó ayer en el Congreso un escenario alentador, en la línea del discurso de recuperación económica impulsado por el Gobierno. Sus argumentos no acabaron de convencer a la oposición, que sí llegó a admitir la estabilización en la caída del desempleo y que le pidió tramitar el real decreto como proyecto de ley para poder participar en el debate.
Por las palabras de Báñez dio la impresión de que la política de empleo se fía a los conocidos en otros países como minijobs. Contratos a tiempo parcial, de al menos 10 horas semanales de promedio, a las que se podrá añadir un 60% de horas extraordinarias, y donde se reduce el tiempo de preaviso de siete días a tres.
Esta nueva regulación centró gran parte del largo debate en la comisión. Mientras que para la ministra va a resultar un instrumento fundamental de creación de puestos de trabajo para los partidos de la oposición conduce únicamente a la precarización. La respuesta de Báñez a estas críticas fue que eso es mejor que estar en el paro.
La ministra se mostró satisfecha de que se haya acabado con la «rigidez» del mercado laboral español y destacó la flexibilidad como uno de sus principales logros, a pesar de la voluminosa cifra de parados.
(Noticia extraída de EL MUNDO)